sábado, 9 de octubre de 2010

EDICIONES FORUM S.A.

Con una encuadernación más bien barata y un tamaño de bolsillo, y bajo el pomposo nombre de "GRANDES AVENTURAS", se esconde uno de los tesoros de mi niñez. Se trata de los libros de la editorial Forum que cuando tenía doce o trece años comencé a comprar de forma casi compulsiva. Por un módico precio podías adquirir un libro (en edición íntegra, según rezaba la esquina inferior derecha de la portada) que  te aseguraba un buen rato de diversión. Estando los Harry Potters y compañía en el limbo de los seres de tinta aún no creados, esta colección de libros me brindó la oportunidad de un encuentro milagroso con algunos grandes, muy grandes, escritores. Walter Scott, Julio Verne, Jack London, Robert Louis Stevenson, Charles Dickens, ... así como otro buen puñado de autores que pasaron a formar parte de ese territorio, brumoso y difuso, llamado memoria: Emilio Salgari, Alejandro Dumas o James Fenimore Cooper.
 Con el  mismo ansia con la que un hambriento devoraría un buen solomillo, mis  retinas no eran capaces de asimilar tanta belleza, tanta capacidad para viajar, a través de palabras, por un mundo donde las reglas se subvertían; un mundo donde yo, ese chico que pasaba  desapercibido entre las chicas de clase y al que  mis compañeros dejaban el último para elegir en los partidos de fútbol del recreo, era el único dueño de un destino escrito a golpe de genio. Las  noches comenzaron entonces a hacerse más cortas. Supe descubrir la magia  del flexo proyectando  su luz sobre  el papel, ese dulce sonido, en el silencio de la noche, de las hojas pasando entre mis dedos, el corazón acelerándose al acercarse el final de la aventura, el desenlace de la historia.  Dicen que leer es un ejercicio de profunda  y feliz soledad. La verdad es que nunca me siento más acompañado que  cuando comienzo a leer un libro.
 Harold Bloom escribió una vez que los actuales lectores de Harry Potter serán los futuros lectores de Stephen King. No tengo nada en contra ni del personaje de la señora Rowling ni del supuesto maestro del terror, pero pasando los dedos por los lomos de los libros de la editorial Forum S.A. que  aún conservo doy gracias por aquel día, hace ya  muchos años, en el que mi madre me regaló Escuela de Robinsones.
                                                                 MARCO A. TORRES

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